2011年10月30日日曜日

Amor y ética en el trabajo.

En Japón, aparte del amor al trabajo, se tiene un gran respeto por la calidad con que éste se  hace.

Aquí muchos trabajadores y artesanos son respetados por la calidad con la que hacen su trabajo y su mayor orgullo, es la calidad con que hacen su trabajo.
El que obtiene el reconocimiento de su buena calidad, se jacta de ser un profesional y todos se esmeran por ser profesionales, hasta en la labor más humilde.

Áca todos los años hay diferentes competencias, en los diferentes campos laborales, donde se compite por ser el mejor, por ser el número uno.
Todos quieren ser el número uno de Japón, por la calidad de su trabajo.

Uno de sus grandes orgullos es que cada uno, hace su trabajo lo mejor que puede y el resultado es que es un trabajo de muy buena calidad, por esta razón dentro de Japón los productos japoneses son los más caros y apetecidos por ellos mismos, porque todos se esmeran por tener la mejor calidad y confian en la buena calidad de sus compatriotas.

Japón tiene muchos ídolos, todo aquel que se destaque por su trabajo y haya ganado un galardón o trofeo, dentro o fuera de Japón, es endiosado, homenajeado, mirado con respeto y admiración.
“Lo suben por las nubes” y empieza a aparecer en los comerciales o en programas de concurso en la televisión, a visitar colegios para servir de ejemplo y ser entrevistado por los estudiantes, etc, etc.

Aquí se utiliza mucho el elogio, todo el tiempo se estan haciendo elogios, no dejan pasar nada positivo sin resaltarlo y alabarlo.

Esto es lo mejor para impulsar la gente hacia adelante, hacia el progreso.

En nuestro país también hay personas que son profesionales en su trabajo y lo hacen con mística y responsabilidad y bien podrían ser mirados como los ídolos de nuestro país, pero lo que pasa es que nosotros aún no sabemos valorarnos, ni valorar a nuestros compatriotas, ni valorar todo lo lindo que tiene nuestro país.

Aparte de esto somos muy negativos y solo vemos lo malo que sucede a nuestro alrededor, sin darle la verdadera importancia a lo bueno y trascendental.

Hay que tener amor y compromiso con el trabajo, para hacerlo bien y ser un profesional de lo que se hace.

Para tener un trabajo de buena calidad, hay que estar muy pendiente de la competencia y de lo que impone la moda, también hay que estudiar para superarse.

Porque el talento es como un diamante en bruto, hay que pulirlo, nadie quiere lucir un diamante en bruto, aparte de que sea un diamante, el que lo compra lo adquiere es por la calidad como ha sido tallado.

En esta vida uno nunca termina de aprender todo lo necesario, pero lo más importante es la lucha diaria por tratar de ser mejores.

Es bueno el querer superarse, para lograr hacer un trabajo de calidad; si nuestra calidad se supera, estaremos dando un ejemplo de superación, que otros querrán copiar, con esto mejorará la calidad del trabajo a nuestro alrededor.

“Debemos ser los primeros en quedar satisfechos con nuestro trabajo.”

"Sí trabajamos con amor y compromiso, disfrutando de nuestro trabajo, suguramente nos va a quedar bien hecho."

Sí hacemos un trabajo de calidad, debemos sentirnos muy orgulloso, nos podremos jactar todo lo que queramos, por ser un profesional en nuestro trabajo.

Para tener fuerza competitiva hay que tener calidad,
tener un buen menú de servicios y una buena aten-
ción al cliente.
“La competencia hace que se supere la calidad del trabajo.”

La ética profesional, es la parte noble en el trabajo, no se puede pensar solamente en el dinero del cliente, lo más importante es dejar satisfecha a la persona, que le ha gustado nuestro trabajo y le a apostado a nuestro talento.
Si el cliente queda satisfecho con nuestro trabajo, de seguro que no lo va a pagar bien.

“Ver a nuestros clientes satisfechos y deslumbrados con nuestra calidad y buen trabajo, debe ser lo que más nos motive, para hacer un trabajo de calidad.”
Lo más importante no es la cantidad, sino la calidad.

Esta, parece ser la parte que más disfutan los japoneses; se quedan mirando fijamente al cliente, como disfrutando paso por paso, la cara de satisfacción y deslumbramiento, que ponen con la calidad de sus productos.
Aquí si hacen todo un derroche de orgullo, por la calidad de sus productos.

El precio del producto, también tiene que ser de acuerdo a la calidad de éste, esto por respeto al cliente y hasta con nosotros mismos.

En un país donde no hay un control de calidad y por ende una buena calidad, llegan los productos con mejor calidad de otros países y todo el mundo se lanza tras ellos, poniendo la economía en crisis, por la falta de ventas del producto interno.
Esto nos afecta a todos, nos volvemos cada día más pobres y sin poder salir del atraso.

Lo ideal también sería que el gobierno, diseñe sistemas de control de calidad para los productores y dar anualmente reconocimientos, insentivos, premios, etc. para promover la buena calidad de nuestros productos y dar diplomas honoríficos de calidad a las empresas que se distingan por su buena calidad y que estas impriman estos sellos en sus paquetes, como motivo de orgullo a su calidad, así se irán dando a conocer, como empresas de calidad garantizada, para lograr la confianza de los consumidores.
Y llevar estadísticas, tener porcentajes reales, de como va mejorando todo anualmente.

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